Noticias País, Internacional.- En pleno desarrollo de la Semana Santa 2025, comprendida desde el pasado domingo 13 hasta el sábado 20 de abril, surgen nuevamente dudas, creencias y debates populares sobre lo que es apropiado o no hacer durante estos días que, para muchos creyentes, representan un tiempo sagrado de recogimiento espiritual.
Uno de los temas que más controversia genera entre la población es si se puede o no tener relaciones sexuales durante esta semana, sobre todo en parejas que aún no han celebrado el matrimonio religioso.
Para algunos cristianos practicantes, abstenerse de todo acto carnal en Semana Santa es una muestra de respeto, devoción y entrega espiritual a Dios.
La raíz de esta percepción se encuentra en enseñanzas tradicionales que apelan al arrepentimiento, la pureza y la renuncia a los placeres corporales, como forma de acercarse más al significado profundo de la Pasión de Cristo.
En ese contexto, muchos optan por practicar la abstinencia sexual, no como una imposición literal de la Biblia, sino como una expresión de fe y compromiso con su espiritualidad.
Versículos como Hechos 15:20, que habla de "apartarse de la fornicación y de lo ofrecido a ídolos", han sido interpretados por siglos como llamados a la moderación.
Aunque no existe una prohibición explícita en las Escrituras sobre mantener relaciones sexuales durante estos días, la interpretación teológica y moral ha generado reglas no escritas entre muchas comunidades religiosas.
Sin embargo, la realidad es que ninguna parte de la Biblia condena directamente el acto sexual durante la Semana Mayor, incluso entre esposos legalmente casados.
Los mitos sobre quedar “pegado” o ser castigado por Dios no son más que creencias populares sin fundamento teológico que han sido transmitidas de generación en generación.
El llamado, según expertos en doctrina cristiana, es a actuar con conciencia, respeto y coherencia con las propias creencias personales.
Si alguien considera que mantener relaciones durante esta semana afecta su conexión espiritual o contradice su fe, puede decidir abstenerse libremente, sin presión ni culpa.
Por el contrario, quienes elijan mantener la intimidad dentro de una relación afectiva también deben saber que no existe condena espiritual ni física por hacerlo.
La Semana Santa es un momento para la introspección, la reconciliación con Dios y la práctica de valores como el perdón, la empatía y la humildad.
Desde esa perspectiva, cada quien decide cómo vivirla. Lo importante, según enseñanzas del Tratado de Teología, es hacerlo con un corazón dispuesto a la transformación y a la paz interior.
