El hallazgo de reservas potenciales de petróleo en la República Dominicana ha generado interés. Según estudios recientes, se estima que el país podría tener hasta 543 millones de barriles de petróleo en cuatro cuencas principales: Asua, Enriquillo, Cibao Occidental y Cibao Oriental. Sin embargo, solo 74 millones de barriles podrían ser aprovechables bajo las condiciones actuales.
En la cuenca de Azua se hallaron 38 millones de barriles, con una recuperación estimada de 5.7 millones. En Cibao Occidental hay 203 millones de barriles originales, de los cuales 30 millones son recuperables. En la cuenca de Enriquillo, los barriles originales suman 246 millones, y 37 millones pueden recuperarse.
Las reservas detectadas aún se consideran “inferidas”, lo que significa que están basadas en datos preliminares y no son suficientes para atraer inversores o financiamiento. Para avanzar, será necesario realizar exploraciones más profundas, que implican estudios geológicos y geofísicos detallados.
Estas perforaciones profundas son clave para determinar la calidad del petróleo, un factor decisivo para su viabilidad comercial. Petróleos de alta calidad son más atractivos para los mercados internacionales y para el consumo interno. Sin embargo, el proceso para probar estas reservas podría llevar años de trabajo y decenas de perforaciones antes de obtener resultados concluyentes.
El presidente Luis Abinader ha mostrado interés en el tema, mencionando la necesidad de colaborar con países que cuentan con la tecnología necesaria para avanzar en las investigaciones. Países como los de Medio Oriente son vistos como posibles aliados para continuar los estudios en las cuencas del subsuelo dominicano.
A pesar de estos hallazgos, aún no se ha determinado con precisión la calidad del petróleo. Las mediciones actuales provienen de pozos existentes y podrían estar alteradas por factores como la temperatura. Las futuras investigaciones buscarán obtener muestras directas de los yacimientos.
En abril, Refidomsa presentó un informe sobre el potencial de gas natural en las cuencas del Cibao y Enriquillo, y la posible explotación de petróleo en San Juan y Azua. Los estudios continúan y podrían arrojar resultados definitivos a finales de 2024.