NOTICIAS PAIS, CHILE.-El pasado fin de semana, un insólito incidente sorprendió a todos cuando un joven venezolano fue tragado brevemente por una ballena jorobada mientras navegaba en su kayak por las aguas del sur de Chile.
El hecho, grabado por su padre, se ha viralizado rápidamente en las redes sociales, dejando a muchos boquiabiertos.
El protagonista de esta experiencia fue Adrián Simancas, un técnico en informática y músico de 24 años, quien relató la inusitada experiencia en una entrevista para TVN.
Según Simancas, mientras remaba en su kayak, sentió un golpe fuerte en su espalda que lo levantó y lo succionó hacia el interior del agua.
"Era como la sensación cuando te golpea una ola, pero demasiado fuerte",recordó.
En el breve momento de incertidumbre, Adrián pensó que había sido tragado por la ballena, al ver cómo un objeto azul oscuro y blanco se cerraba a su alrededor, rozándole la cara con una textura babosa.
Afortunadamente, el joven fue expulsado por el cetáceo segundos después, saliendo ileso del incidente que dejó a todos sorprendidos.
"Pensé que iba a morir", expresó Adrián, quien no podía creer lo sucedido.
Su padre, Dell Simancas, captó el momento en video, documentando lo que rápidamente se convirtió en una noticia viral.
A pesar de la impresión que causó el incidente, especialistas en biología marina aseguran que una ballena jorobada no tiene la capacidad de tragarse a un humano, debido a su pequeño esófago, que solo es adecuado para consumir krill y peces pequeños.
Las ballenas jorobadas, también conocidas como "yubartas", son enormes, llegando a pesar hasta 18 toneladas y medir hasta 19 metros de longitud, pero su anatomía no les permite ingerir presas tan grandes.
Este evento, aunque extremadamente raro, no es el primero de su tipo. En 2021, un buzo comercial también relató haber sido succionado por una ballena jorobada y logró sobrevivir.
Los expertos recomiendan mantener una distancia prudencial de estos majestuosos animales, evitar ruidos fuertes y no interferir en su trayectoria, para garantizar la seguridad tanto de los seres humanos como de los cetáceos.
La historia de Adrián Simancas es un recordatorio de que el mar sigue siendo un espacio misterioso y sorprendente, lleno de encuentros inesperados con la vida salvaje, en este caso, una ballena que, por un instante, dejó al joven venezolano cara a cara con la naturaleza en su forma más espectacular.
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