NOTICIAS PAIS, EL SALVADOR.- El expresidente de El Salvador, Mauricio Funes, falleció este martes a los 65 años en Nicaragua, país donde vivía desde su salida de su natal El Salvador.
La noticia fue confirmada por el Gobierno de Nicaragua, que detalló que su deceso ocurrió a las 21:35 horas, hora local, debido a complicaciones derivadas de una grave dolencia crónica.
Funes, quien gobernó El Salvador de 2009 a 2014, se encontraba asilado en Nicaragua tras enfrentar varias acusaciones de corrupción en su país natal.
A lo largo de su estancia en el país centroamericano, el exmandatario vivió alejado de los focos mediáticos, mientras las autoridades salvadoreñas pedían su extradición.
Según el comunicado oficial del Ministerio de Salud de Nicaragua, el expresidente fue atendido hasta el último momento de su vida, bajo un tratamiento por su enfermedad crónica, que finalmente terminó por cobrarle la vida.
El comunicado también detalló que, a solicitud de sus familiares, Funes recibió la extremaunción por parte del sacerdote nicaragüense Antonio Castro Granados en la tarde de este martes, lo que le brindó, según se señala, consuelo espiritual en sus últimos momentos.
Carlos Mauricio Funes Cartagena, nacido el 18 de octubre de 1959, fue un abogado y político que dejó una marca en la historia reciente de El Salvador.
Durante su mandato, impulsó una serie de reformas sociales y programas de subsidios, pero también enfrentó polémicas y denuncias por actos de corrupción que, años después de su gobierno, marcarían su vida de manera irreversible.
El deceso de Funes ha generado reacciones en ambos países, en donde la figura del expresidente es recordada tanto por sus seguidores como por sus detractores.
En Nicaragua, la noticia ha sido recibida con lamento, mientras en El Salvador las autoridades se mantienen al tanto de los procedimientos legales relacionados con su fallecimiento.
Funes falleció a los 65 años, dejando un legado marcado por los avances sociales, pero también por los señalamientos que empañaron su gestión.
Su historia queda ahora en manos de la memoria colectiva de El Salvador y de los países de la región.